Multame pero no me dejes

Para variar iba a trabajar con el tiempo contado. Mi pie derecho y el acelerador de repente romancean y este era uno de esos dias. Segundos antes de unirme a mi tan bien conocida línea internacional un alto de disco arruino mi tiempo ganado. Llegue al alto justo al tiempo en el que el auto del carril derecho pasaba, así que muy fiera yo me pase junto con él sin hacer siquiera simulación de alto y ándale pues brota de la nada “un placa” [ya se que todos decimos eso] y…luces, cámara, acción!!!

Oficial: -Buenos dias señorita! ¿Si vio el alto de disco que acaba de omitir verdad?
Yo: -Hola [silencio. Este dialogo lo había imaginado, incluso enfermamente deseado. Había planeado rogar y parar la trompita para que no me multaran, ya saben lo normal: “…ándele poli! Perdóneme esta, le juro que es la primera vez, no vi el alto, no volverá a pasar, se lo prometo….” Y lógicamente el oficial me amaría (lo cual es común) y me diría: “…Ok señorita; pero tenga mas cuidado…” entonces yo contestaría idílicamente: Claro oficial! Muchas gracias y una sonrisota de adorno en mi cara.

Ideal no? Ah! Pero da la casualidad que ese día las sonrisas ideales y los guiños habían salido por las tortillas o algo así…bua, bua, bua!!!]

[…volvamos al audio original]

Oficial: -Su licencia y registro del carro por favor.
En automático total le di los papeles y sonreí llanamente. El placa duro como 100 años escribiendo el “folio”, y al fin me dijo: “Bueno señorita aquí tiene, que le vaya bien y maneje con cuidado.

Tome los papeles con la misma sonrisa de calcomanía y dije: “Muchas gracias!, Adios!” [Muchas gracias? Por una multa?...si que estas dañada Peseta!]